«Mis hijos tienen autismo, en grados distintos, pero están dentro del espectro autista. Hace 11 años que porteo con todo tipo de portabebés (mei tai, fulares, bandos, pouch, mochilas…) y he escuchado diez millones de estupideces .
Cuando porteas a tu hijo y te dicen que no le dejas crecer, no le dejas moverse, si ya sabe andar, etc, etc… Te molesta. Te molesta la ignorancia, pero cuando tu hijo tiene TEA… Y tienes que escuchar de la boca de pediatras que le estás perjudicando su desarrollo… Tienes que tener las cosas muy claras para que no te hagan dudar.
Dos de mis hijos tienen trastorno del procesamiento sensorial, vinculado al TEA, eso quiere decir que no tiene muy claro donde y como está su cuerpo en el espacio, (sistema propioceptivo alterado) y que tiene problemas con el equilibrio (sistema vestíbular), motricidad… pues sobre todo con mi hijo pequeño, que cumple tres años en unos días, he recibido la confirmación, por parte de muchas terapeutas de integración sensorial, de que el hecho de llevarlo en trapo durante años la mayor parte del día, le ha beneficiado enormemente, gracias a la presión del fular, y gracias a los movimientos que le propiciaba, agachándome hacia delante, etc, pues eso le ha ayudado en su inseguridad gravitacional.
De manera que, no dejéis que os digan que es malo para el desarrollo, porque es justo lo contrario, ¿cómo estarían mis hijos si los hubiera postrado en carritos desde el nacimiento? No quiero pensarlo.»
Una mamá (maravillosa)
Desde Kangura le damos las gracias por compartir su experiencia, que creemos puede ser inspiradora para muchas familias y la felicitamos por ser una súper mamá 🙂