Este post va dirigido a ti, que entraste en la tienda con la sensación de ser la peor madre del mundo por querer llevar a tu bebé en el fular todo el día. Me comentaste que te decían que se acostumbraría a estar en brazos y que ya no se separaría de ti (por desgracia esto no pasa y, sí, los hijos se separan de las madres), pero tú en pleno postparto y con los ojos vidriosos dijiste que no podías dejarlo. ¡Claro que no! Portea. Portea todo lo que quieras. ¡Como dice Gemma Guillamón los niños ya vienen malcriados de fábrica! ¿Después de casi 9 meses dentro de ti, esperamos tener bebés independientes?
Somos animales y nuestras crías para sobrevivir dependen única y exclusivamente de los padres. De ahí la importancia del apego y su teoría desarrollada por John Bowlby, donde manifiesta la importancia de establecer unos buenos vínculos afectivos. En su teoría sobre el apego, Bowlby enfatiza en que la experiencia del niño con sus padres tiene un papel fundamental en la capacidad posterior de establecer vínculos afectivos con otr@s, y que una de las funciones principales de los padres es proporcionar una base segura para que los pequeños tengan la suficiente confianza para salir a explorar, del mismo modo que los animales salen del nido y van a cazar solos o empiezan a volar. En su teoría también nos muestra la importancia que el niño pueda depender de sus figuras de apego y que éstas puedan proteger al niño cuando lo necesita.
Así que simplemente hazlo. Haz lo que quieras, lo que salga de tu corazón y de tu alma, porque siempre van a opinar, la vecina, la mami del parque, tu madre, tus suegros, la profe de la guardería… Todo el mundo tiene un máster en maternidad menos tú, la novata. ¡Pero no! ¡Sigue tu instinto y que digan lo que quieran, total ellos van a opinar igual, así que hazlo! Portea todas las horas que quieras. No sé cuántas veces me han dicho que voy a acabar muy mal de la espalda, que nunca van a andar, que no se despegaran de mi… Pues la realidad no es esa. L@s niñ@s portead@s son más independientes, más sociables y tienen un mejor desarrollo psicomotor, ya que el bebé está constantemente estimulado. En pleno posparto muchas veces nos preocupamos por el que dirán, en cambio nuestro instinto es llevar el bebé pegadito al cuerpo tanto en las madres como en los padres.
El porteo hace que los bebés lloren menos, y eso nos estresa mucho menos a ell@s y a nosotr@s. El llanto de un bebé es uno de los sonidos más molestos del mundo, en un próximo post os explicaremos como Darwin con su teoría de la evolución justifica éste hecho y hasta la importancia de no dejarles llorar desatendidos. Está demostrado que el porteo reduce la posibilidad de sufrir una depresión posparto, así que padres y madres, pasad olímpicamente de lo que os digan, os puedo asegurar que el porteo por desgracia mía no es eterno. El porteo intensivo es durante el primer año y después va disminuyendo, ya que tenemos que recordar que somos animales, una vez descubren que pueden andar van a querer andar. Y si por el camino prueban un patinete, adiós al porteo. Pero no te desanimes, se cansan y necesitan el portabebés para descansar y luego seguir con la actividad. Disfruta mucho de los momentos pegada a ell@s, el tiempo pasa muy muy rápido. Es espectacular observar como os cambia la cara y se iluminan vuestros ojos en el momento en que os ponéis a vuestro bebé por primera vez en un fular elástico. La emoción pasa directamente a vuestra mirada que en un segundo transmite una emoción que sólo puede comprender quien ya ha probado el porteo. Yo estuve en tu lugar. Y luego, un día vas con fular y el otro empujas una bicicleta. Como dice el gran slogan de las camisetas de La tribu de mami: “Amar no es malcriar”, ¡PORTEAR NO ES MALCRIAR!
Feliz porteo.