El fular tejido es el portabebés más versátil que hay en el mercado. Éste tipo de fular permite el uso desde el nacimiento hasta que porteadores y bebés quieran.
Probablemente también sea el portabebés que más intimida a aquell@s que se inician en el mundo del porteo, ya que su uso depende exclusivamente del anudado. Actualmente internet está lleno de multitud de tutoriales con nudos de todos los niveles, pero para empezar a sacar un buen rendimiento del fular no es necesario complicarnos la vida ni saber hacer un montón de nudos. Con dos o tres nudos bien hechos tenemos más que suficiente para hacer un uso intensivo del fular y disfrutarlo plenamente.
Hay diferentes mezclas de materiales que encontraremos en la composición de los
fulares. Aunque el fular de algodón 100% es el más común, el mismo algodón es también la base para elaborar diferentes mezclas con otros materiales como el lino, el cáñamo, el bambú, la seda o la lana. Últimamente están apareciendo nuevos materiales: algas marinas como el seaweed, o derivados del plástico reciclado como el repreve, por ejemplo, obtenido a partir del reciclaje de botellas de plástico. Cada material ofrece unas propiedades distintas y, por lo tanto, la variedad de mezclas permite adaptarse perfectamente a cada clima donde vivamos, al porteador, y al bebé.
El gramaje, el siguiente punto a tener en cuenta, nos indica el peso del fular por m2. Éste valor se traducirá en si el fular es más o menos grueso. El gramaje habitual en el fular tejido oscila entre los 180g/m2 y los 250g/m2. Los fulares de gramaje superior, aunque también son aptos para recién nacidos, serán ideales para niñ@s mayores, con nudos de una sola capa y con tallas cortas. Podríamos decir que hay un fular para cada papá o mamá, hay miles de diseños, marcas y diferentes tipos de materiales que se adaptan perfectamente a todas las necesidades.
En los últimos años el uso del fular tejido se ha extendido por todo el mundo y esto ha incentivado el nacimiento de muchas nuevas marcas, algunas de ellas relacionadas muy estrechamente con el mundo de la moda y el diseño. ¡Al final el fular es una pieza más de nuestro vestuario que va con nosotr@s casi a diario!
A la hora de escoger, el mejor consejo es que optéis por uno que os guste, que os siente bien, ya que igual que con la ropa si os compráis unos tejanos sin estar convencid@s probablemente van a quedarse olvidados en casa dentro de algún cajón. Un fular tejido es mucho más que un portabebés. Una de las últimas portadas de la revista Vogue ha sido protagonizada por una top model con su bebé en un fular tejido, lo que evidencia que poco a poco el fular tejido va cogiendo fuerza dentro del mundo más urbanita.
Las marcas y los diseños influyen directamente en el precio del fular pero no necesariamente en su calidad. Hay marcas que fabrican fulares a mano y, como todo producto artesanal manufacturado y exclusivo, son más caros. Otras marcas, más accesibles, están entrando con mucha fuerza en el mercado ya que apuestan por diseños modernos y materiales de calidad pero de producción a más gran escala. Podéis encontrar fulares tejidos desde 49€ hasta fulares exclusivos y únicos de 2000€.
Una vez has probado el fular tejido te enamoras de él, de su versatilidad, del tacto, de su soporte, y sobre todo de las sensaciones. El fular te permite ajustar el tejido punto por punto a la perfección. Esto lo hace un portabebés extremadamente cómodo, ya que centra nuestro punto de gravedad y reparte tan bien el peso que porteador y bebé parezcan ser uno solo. ¡La sensación inigualable de llevar a nuestr@s pequeñ@s encima durmiendo, o admirar como descubren el mundo entre nuestros brazos es un inmenso y auténtico placer!
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