De museo con un bebé o niño, por Miri Vidal
Desde hace un tiempo, y por culpa de un amigo papá canguro, me enteré de vuestra existencia y me informé con vosotros poco a poco sobre el porteo. Como aún no soy madre, aún no he puesto nunca en práctica todo lo que os he visto y oído, pero espero en muy poquito tiempo ponerme manos a la obra (con el porteo seguro que las tendré libres).
Hace casi una década que trabajo en museos de arte e historia. Habiendo visto a mil y una familias disfrutar de cuadros, esculturas, maquetas, etc., me he hecho una idea de los beneficios de los papis que llevan con portabebés a sus hijos y quería dejaros unas recomendaciones
- La primera y más importante, el niño disfruta mejor de las obras exhibidas si va a la altura de sus padres que si va en un carrito. Los carritos siempre tienen cosas y cachivaches colgando, unas «paredes» que limitan la visión, una sombrilla molesta. Además si lo que visitáis es una pinacoteca (museo de cuadros), estos se colocan de manera para que sean observados de pie, a la altura de un adulto. Lo mismo pasa con los audiovisuales o esculturas. Si el niño va a la altura del pecho de sus padres lo percibirá de la misma manera que lo pintó el artista, a una altura adecuada.
- Las obras son delicadas y todos los accesorios de los carritos y sillitas (generalmente de materiales duros) pueden dañarlas.
- Por motivos de seguridad de las obras, siempre que os sea posible, debéis llevar al peque delante o a la cadera (En muchos museos pedimos que no se les lleve a la espalda porque no es la primera vez que un niño maravillado por los colores de un cuadro tiene la necesidad irremediable de tocarlo.)
- El diálogo de los sentidos es más cercano si porteas. Me apasiona ver a los padres que van hablando con sus hijos sobre lo que están viendo u oyendo, señalando cosas, riendo como locos por los colores «raros» de un cuadro, dándole vueltas a una escultura juntos o tarareando una canción sobre un bisonte en un museo de prehistoria.
- Finalmente, facilidad para desplazarse. Cuando lo que estás visitando es un edificio antiguo, un yacimiento, una cueva prehistórica, en general sitios con escaleras, subidas y bajadas, el carrito es una molestia que te hace desear haberlo dejado en casa.
Recordad que para ver arte no hay edades, me fascina lo maravillosos que son los niños en los museos.
Miri Vidal
Gracias por estos maravillosos consejos.Me apasionan sobretodo las pinacotecas y mi bebe de 8 meses ya ha visitado una y por supuesto que no quería perderse detalle y estar en su carrito.
Me ha encantado!! Es estupendo que la gente vea lo práctico y los beneficios el porteo. Me encanta que lo relacione con el tema cultural porque abre los ojos de la sociedad para incorporar el porteo en todas las facetas y ¿a los niños también!!. Lo comparto si no os importa.
Gracias!!! Por supuesto puedes compartir 🙂